
“La medicina antroposófica es una ampliación del arte de curar. Es la medicina desde el punto de vista del HOMBRE contemplado en su dimensión completa: física, psíquica y espiritual. Es la medicina de lo individual en el SER HUMANO.”
¿Y esto como se puede llevar a la práctica?
El médico antropósofo es licenciado universitario, con título oficial expedido por las Facultades de Medicina y en la mayoría de los casos cuenta también con una especialidad hospitalaria. Posee un largo “afinamiento” respecto al sentido físico, anímico y espiritual del hombre, logrado a través de un camino de desarrollo de la conciencia mediante el estudio, la práctica clínica en hospitales públicos y privados (alopáticos y antroposóficos), el trabajo artístico, el trabajo biográfico y la meditación.
La medicina antroposófica utiliza los remedios del mundo animal, vegetal y mineral desde el punto de vista de la fitoterapia y de la homeopatía (potenciación decimal). Pero los remedios antroposóficos se elaboran de diferentes formas farmacéuticas (maceración, digestión, combustión, etc.), teniendo el particular modo de elaboración de cada remedio un papel predominante en la capacidad curativa de los mismos. Las sustancias así concebidas colaboran con lo que podríamos llamar “una fisiología de la libertad en el hombre”, preparando y acompañando al organismo humano en los pasos necesarios y conscientes para recobrar la salud. Todo ello dentro de un marco en el que se concibe la enfermedad como un proceso de colaboración entre la naturaleza y el individuo para que éste pueda ser sanado.
Sólo cuando cada hombre es visto como un ser individual y único, podemos rescatar la patología y transformarla en una herramienta de futuro. De este modo la enfermedad es contemplada como un límite que la vida le impone al individuo para que pueda desprenderse de lo viejo y acoger lo nuevo, todo ello presidido por una relación entre el médico y el paciente en la que se pueda cultivar “un espacio sacro” donde las fuerzas de sanación puedan llegar al SER.
La medicina antroposófica es también una “medicina geográfica”: la enfermedad es vista en el espacio y en el tiempo, observación que dota al paciente de sabiduría y conocimiento de sí mismo, y le acerca al sentido de la enfermedad en cada órgano y a sus correspondientes remedios.
En esta época de las grandes enfermedades crónicas es un gran reto plantearnos que puedan dejar de serlo. La medicina antroposófica nos ayuda a comprender los pasos del proceso patológico, a encontrar los gestos anímicos asociados a cada enfermedad y a intuir las capacidades futuras que la enfermedad nos permitirá desarrollar junto al proceso mismo de la curación. Podemos realmente fortalecer los órganos y armonizar y reequilibrar el organismo mientras ganamos conciencia de nosotros mismos y encontramos el sentido de nuestra vida en la tierra y el significado mismo de nuestra biografía en relación con los demás hombres.
Artículo realizado por la Dra Ana Lopez Barrasa para una revista de medicina natural